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La geopolítica de los recursos naturales de América Latina, especialmente la de los minerales diseminados o microscópicos de oro, plata y cobre, ha estado unida inexorablemente al cordón umbilical del advenimiento del “Nuevo Neoliberalismo” y la globalización, desde finales de los años 80 y principios de los 90. Proceso que se llevó a cabo a todo lo largo de los Andes Americanos, desde Catamarca Argentina con la explotación de la Mina a Cielo Abierto - MCA.- de oro y cobre de la Alumbrera en el gobierno de Carlos Ménem y su ministro Domingo Cavalho en 1.990yenCajamarca Perú en 1.993 con la MCA de oro de Yanacocha, la más grande de América Latina, en la presidencia de Alberto Fujimori y su asesorMontesinos,principales auspiciadores y/o determinadores del ecocidio de voladura de montañas con toda su biodiversidad, elagotamiento y contaminación de sus aguas superficiales y subterráneas con metales pesados por muchas décadasypara desgraciade sus pueblos reelegidos para un segundo período presidencial.
Esto generó una verdadera epidemia minera con decenas de megaminas en estas dos naciones y una verdadera pandemia mundial de MCA., en tos últimos quince años, incluida casi toda América desde Alaska hasta la Patagonia, África, Asia, Oceanía y parte de Europa Oriental. Destacándose en América por su contagio: Bolivia con las MCA. de Kori kollo y el Porco, en los dos gobiernos no consecutivos de Sanchez de Lozada y en México con la mina La Herradura, durante la hegemonía del PRI con los presidentes De La Madrid y Salinas de Gortari, a mediados de los años 80 y 90.
Dicho proceso geopolítico no sería una realidad actual en América Latina, sino es a través de la nueva conquista, que a diferencia de la de hace 500 años, no se realiza con ejércitos de expresidiarios armados y con espejitos, sino con multinacionales mineras con cascos y caretas verdes de minería sostenible y responsable, como Barrick Gold y Newmont en países del sur y Anglo Gold Ashanti AGA ahora en Colombia. Con cientos de miles de millones de pesos para gastar en “gobernabilidad” y contar así con la complacencia de los gobiernos nacionales, regionales y locales, algunos congresistas, diputados, concejales, gremios económicos, periodistas, rectores y profesores, líderes espirituales y comunales entre otros, están dispuestos a saciar su codicia a cualquier precio, aún con la cobardía de sacrificar sus propios principios, pisoteando los derechos de las generaciones futuras de gozar de un ambiente sano.
Este “megaespejo” globalizador refleja el resplandor no del apocalipsis, ni de una hecatombe, sino simplemente el de una catástrofe social, económica, cultural y ambiental del nuevo mega dorado, de Catamarca, Argentina a Cajamarca, Perú y ahora de colosal magnitud para la despensa agrícola de Colombia: Cajamarca, Tolima. De acuerdo con nuestra visita interdisciplinaria de enero pasado a Yanacocha, sus alrededores y entrevistas con los diferentes actores sociales de ese pueblo del Perú, podemos resumir lo siguiente: Según la multinacional dinamitan 600.000 toneladas de roca por día y han destruido 26.000 hectáreas con montañas y biodiversidad, hechas harina sus rocas y lixiviadas con agua más Cianuro, en solamente 16 años. Tiene siete complejos operativos: Chaquicocha, Carachuho, San José, Maqui Maqui, Yanacocha, La Quinua y Cerro Negro, de varios miles de hectáreas cada uno, con trece Grandes Cráteres Abiertos, nueve depósitos de Desmonte y cuatro monumentales PADs de lixiviación (PAD es la estructura a manera de pirámide escalonada donde se acumula el mineral extraído de la mina), que pueden tener la altura de un edificio de sesenta pisos, centenas de metros de ancho y más de un kilómetro de largo, con millones de metros cúbicos de agua pura contaminada en sus piscinas de lixiviación. Reporta en uno de sus muchos informes, únicamente el uso de aguas subterráneas en un volumen de 19 millones de metros cúbicos anuales. Sin embargo, en entrevista con funcionarios de la gerencia de medio ambiente, argumentaron, que utilizan exclusivamente aguas lluvias, lo cual obviamente no se puede aceptar, porque en Cajamarca Perú tan solo llueve tres meses al año. Las pocas quebradas observadas, lucían secas o con escaso caudal, a pesar de que estaban en pleno invierno, tenían una coloración característica de la contaminación con drenaje ácido y/o metales pesados, que no dura por décadas sino por siglos.
El arzobispo Carmelo Martínez, el Defensor del Pueblo Agustín Moreno, Segundo Mestranza, el presidente de la Central Provincial denominada Rondas Campesinas, Emperatriz Campos Saldaña, Presidenta de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio; Mirtha Vasquez Chuquilin y el padre Marco Arana de la ONG Grufides y Doraliza Fernández Marín, Coordinadora Ejecutiva del MIM (Mejorando Inversión Municipal) de la Universidad Nacional de Cajamarca, coinciden en opinar que el pueblo no estaba preparado ni lo esta aún para este tipo de explotaciones y el boom minero. La ciudad peruana tenía en 1993 cerca de 40.000 habitantes y ahora habitan unos 300.000. Más de 140.000 personas de todo el país llegaron en busca del “mega dorado” y no lo han encontrado, pues Yanacocha genera apenas 3.000 empleos directos.
El campesino cajamarquino vive en la miseria, produce únicamente cinco litros de leche al día, la cual vende en cinco soles, que equivalen a 1.5 dólares con lo que tienen que vivir diariamente y predomina hoy el micro minifundio inducido por la servidumbre minera, viven en un cuarto (1/4) de hectárea. Por más de tres generaciones la tierra se ha heredado en el Perú. Por eso añoran la Reforma Agraria de “La tierra para el que la trabaja” del General Velasco, que en los años 60 les entregó en propiedad entre siete y diez hectáreas.
Según Grufides y otras instituciones, la región de Cajamarca era la cuarta más pobre y hoy es la segunda. De acuerdo al informe de Desarrollo Humano del PNUD de Naciones Unidas del año 2.003, la esperanza de vida se ha reducido a 64.7 y 68.6 años, mientras que en Perú, para hombres y mujeres son 66.8 y 70.7. De los 25 departamentos del Perú Cajamarca ocupaba el puesto 19 en 1.993 y una década después el lugar 21 y entre las 194 provincias del Perú del puesto 98 pasó a ocupar el puesto 123. Verdadero milagro económico que nos espera a los tolimenses y colombianos, todo esto gracias al “dorado diseminado”. Otro estudio de la ONU del 2.006 sobre las multinacionales mineras y extractivas, concluye que estas son responsables de las dos terceras partes de violaciones a los Derechos Humanos, Laborales y generadoras de conflictos sociales. En el solo departamento de Cajamarca se presentan actualmente diez confrontaciones.
Grufides y otras ONG, reportan 29 accidentes ambientales entre 1.993 y 2.008 y 14 accidentes por mercurio y metales pesados entre 2.000 y 2.008. El más grave ocurrió en el 2.000 en Choropampa distrito de Cajamarca, se contaminaron más de 1.000 personas con Mercurio, muchos han fallecido, entre ellos el alcalde con tan solo 34 años en 2.008 y en uno de los días de nuestra visita una joven de 21 años murió con su bebe en el vientre. Estudios recientes contratados por la misma multinacional, confirman que este distrito es el más pobre del Perú, presentando el más alto índice de desnutrición crónica infantil en niños menores de 5 años con el 70,48 %, mientras que en todo el país el promedio es del 24.38 %. Para la iglesia, entre los Ronderos Campesinos y otros grupos sociales, existen graves problemas de salud pública por la contaminación de las aguas con metales pesados; el cáncer gástrico se ha disparado, alrededor del 42% de lso casos que va a consultar a Lima proviene de Cajamarca Perú; el 98% de los trabajadores tienen arsénico y plomo en la sangre. (ver videos en Youtube-Choropampa y Diario La Nación).
¡Qué coincidencia!, Fujimori anunció 12 millones de onzas de oro y el gobierno saliente de Colombia 12.3 millones de onzas en la Colosa. Ya han extraído en Yanacocha 32 millones de onzas en 16 años y no en veinte como lo prometieron. Tan sólo cuentan con el servicio de agua dos horas al día. Para su desgracia les notificaron que permanecerán tres generaciones más, 75 años, porque poseen concesiones aprobadas por 282.000 hectáreas, incluido el casco urbano, tienen que reubicarlo quiéranlo o no. Cajamarca Tolima también tiene títulos mineros aprobados en su área urbana.
Frente a este oscuro panorama jamás los codiciosos y cobardes nos podrán hacer renunciar a la historia, al sentido común, al instinto de conservación, a la rigurosidad académica científica y al sentido de pertenencia, en defensa de los derechos futuros de nuestros hijos, nietos y biznietos, al agua, la biodiversidad y la vida misma. Citando a Jean de la Fontaine me pregunto: ¿será que todos los cerebros del mundo y Colombia son impotentes ante cualquier estupidez de moda?.
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