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SEMILLAS

Los agrocombustibles constituyen actualmente un tema central en la agenda de economía global, en la cual el debate radica en el modelo de producción energética. Diversos movimientos ambientalistas y campesinos alertan sobre los impactos generados por este modelo de producción, en aspectos como: cambios en el uso y concentración de la tierra en pocas manos, el control privado del agua, la disponibilidad y el acceso de los alimentos básicos en el mundo, lo cual afecta la soberanía alimentaria de los agricultores y consumidores de los países del Sur. Hace pocos años casi nadie pensaba que en el sector agrícola se desarrollaría un fuerte reordenamiento en las políticas globales y en las inversiones. Ahora el modelo productivo de agrocombustibles, lo están imponiendo en todo el mundo, como alternativa a los combustibles fósiles y como mitigadores del calentamiento global.

Este tipo de tecnologías energéticas se ha desarrollado desde hace varias décadas en países como Brasil, para la producción de etanol, y más recientemente en el Sureste asiático para la producción agrodiesel. Sin embargo, solo en los últimos años este modelo adquiere una dimensión global, cuando Estados Unidos y Europa, toman la decisión de tragarse gran parte de la materia orgánica del planeta (incluidos alimentos básicos, que sirvan para producir alcohol y aceites carburantes). Es en este contexto en donde los países industrializados imponen la agenda, la división geopolítica de las inversiones y de la producción mundial de alimentos, de agrocombustibles y de materias primas. Este reordenamiento de la política energética, transformará todo el sector rural e incluso profundizará los impactos ambientales de las ya limitadas áreas naturales protegidas del planeta. ¿Se imaginan la amazonia brasilera en unos pocos años, si Lula cumple la promesa de sembrar los millones de hectáreas en agrocombustibles que le ofreció a Bush?

Existen muchos estudios con serios fundamentos científicos y técnicos, que muestran que este modelo de producción de agrocombustibles, es totalmente insostenible ambientalmente, en el balance energético de los agroecosistemas y en los aspectos socioeconómicos de las poblaciones rurales. También es evidente, que no son una solución al calentamiento global como reiterativamente lo quieren hacer creer.

El gobierno de Colombia, no ajeno a esta realidad, impulsa la agenda global impuesta, con una serie de cambios en la legislación en la materia. En este contexto se ha aprobado: la ley 639/2001 sobre la producción de alcohol carburante; el Estatuto de Desarrollo Rural; la ley forestal (recientemente declarada inexequible por la Corte Constitucional), y el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2010, entre otros; las cuales están creando condiciones exclusivamente favorables a los grandes inversionistas del negocio de agrocombustibles (los grandes propietarios de los ingenios azucareros, y en el caso de la palma aceitera, a los inversionistas del sector palmicultor).

Este número de la revista, centrado en el tema de “los agrocombustibles”, entrega especialmente a las poblaciones rurales del país, elementos fundamentales del debate internacional y nacional. Se incluyen temas como: las políticas y los reordenamientos jurídicos y económicos con respecto a los agrocombustibles que está implementando el gobierno nacional, especialmente en el sector de la producción de etanol a partir de caña de azúcar, y agrodiesel proveniente de palma aceitera.

Presentamos además análisis sobre los impactos ambientales sobre los territorios de las poblaciones indígenas, afrocolombianas y campesinas, generados por este modelo productivo. Se muestran casos como: el conflicto y la lucha indígena por la tierra en el Norte del Cauca y los impactos que generaran los proyectos de etanol en esta región; la situación de las plantaciones de palma aceitera en la región del Pacífico y los impactos sobre los territorios colectivos en el Norte del Chocó y en Tumaco (Nariño); además declaraciones de posición política de las poblaciones del Chocó biogeográfico frente al modelo de la palma aceitera. También, se muestra la dramática situación de las comunidades campesinas en el Sur de Bolívar, en donde las plantaciones de palma se basan en la expropiación de tierras por parte de los grupos paramilitares y empresarios; lo que está generando fuertes impactos ambientales y en las comunidades campesinas, legítimas dueñas de estos territorios.

Finalmente resaltamos algunos ejemplos de resistencia civil por parte de organizaciones sociales y locales frente al modelo de los agrocombustibles. Estas manifestaciones tanto en América Latina, como a nivel nacional, hacen un llamado a conocer, entender y analizar profundamente los impactos de este modelo en el sector rural, especialmente en las poblaciones locales y sobre la soberanía alimentaria de los pueblos. Por ello es fundamental lograr la articulación y la búsqueda de alianzas, que nos permitan desmitificar y oponernos a estos proyectos que atentan contra los ecosistemas naturales, los territorios colectivos y la soberanía alimentaria de las comunidades locales y de la sociedad en general.