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SEMILLAS

Contexto

Editorial 22/23

Hablar sobre el maíz significa remontarnos a los orígenes de las civilizaciones y de las culturas americanas. La enorme diversidad de maíz que actualmente existe en el mundo, es el resultado del largo proceso de domesticación y de cultivo de miles de generaciones de agricultores del pasado y del presente. El maíz ha sido uno de los componentes fundamentales de la cultura, de los agroecosistemas y de la alimentación de las poblaciones rurales en toda América Latina.

El maíz es de origen mesoamericano, es por ello que los indígenas y campesinos de esta región se consideran «hijos del maíz». A lo largo del continente existen también numerosas poblaciones que ancestralmente han tenido un vínculo muy fuerte con este cultivo, el cual los han llevado a considerarse hijos del maíz; como lo expresan muchas de las culturas andinas «nosotros criamos a las semillas de maíz y ellas nos crían a nosotros». En el mundo no existe otro cultivo que haya generado una dependencia tan fuerte agricultor/planta, acompañada de una extraordinaria transformación genotípica y fenotípica de la planta. Estas características se expresan en cientos de razas, variedades y ecotipos, con características adaptadas a múltiples condiciones ecológicas y a las diversas necesidades productivas, culturales y alimenticias de las poblaciones rurales.  Colombia, es el sitio más importante de convergencia entre las culturas Mesoamericanas y Andinas. Desde la época prehispánica, este territorio es uno de los mayores centros de diversificación de los cultivos de origen americano.

Recientemente las transnacionales biotecnológicas han identificado el enorme valor que tiene el maíz. Lo ven como el codiciado «Dorado» y quieren aplicarle las tecnologías de punta para controlar y masificar el maíz transgénico en el mundo. Esto ha generado enormes ganancias a unas pocas empresas y total dependencia de los agricultores a éstas. Existen evidencias que muestran los fracasos de estos cultivos en diferentes regiones del mundo, especialmente por sus impactos negativos sobre el ambiente, sobre la salud humana y animal y los efectos socioeconómicos.

El maíz, durante miles de años ha sido uno de los ejes fundamentales de la soberanía alimentaria de los pueblos del mundo. Nos ha salvado de hambrunas y ha sido uno de los motores de la economía productiva de millones de agricultores. Ahora el maíz esta «herido de muerte» por la amenaza de los transgénicos. Por ello el maíz nos hace una súplica desesperada para que entre todos lo salvemos. Ha llegado la hora en que todos, tanto las poblaciones rurales como las urbanas cerremos el círculo y defendamos este invaluable patrimonio de la humanidad. Para ello la única opción que tenemos es decir enérgicamente «No al maíz transgénico», antes de que las consecuencias sean irreversibles y sea demasiado tarde para reaccionar.

En Colombia y en los demás países latinoamericanos, muchas organizaciones indígenas y campesinas tienen una posición de rechazo al maíz transgénico, porque lo ven como un atentado a su cultura, a sus ecosistemas y a su soberanía alimentaria. Una de las estrategias y acciones que están adelantando los agricultores, para defender el maíz, es el fortalecimiento, la recuperación y el intercambio de la enorme diversidad de maíz nativo; como un componente fundamental de los sistemas de producción agroecológicos y de su alimentación.

El gobierno de Colombia, frente a la vergonzosa importación del 75% de la demanda total de maíz, plantea que la solución es el fomento del cultivo de maíz transgénico. Desde hace casi una década los colombianos ya estamos consumiendo maíz transgénico, sin saberlo, proveniente de Estados Unidos y Argentina sin ningún control ni etiquetado. En el país, Monsanto está tramitando ante el CTN del ICA dos solicitudes para introducir comercialmente maíz Bt y maíz Roudup Ready, tolerante a glifosato y, Dupont presentó la solicitud para introducir el maíz Herculex (Bt + tolerante al herbicida gufosinato de amónio).

Este número de Semillas es una edición especial dedicada al maíz. Queremos rendir un homenaje a esta planta sagrada, presentando una pequeña muestra de la enorme riqueza que existe alrededor de la «cultura del maíz» en diferentes regiones de Colombia, de El Ecuador y de México. En éste último caso se expone el significado de la contaminación del centro de origen del maíz para los indígenas. Se presenta la situación del cultivo de maíz en Colombia y las implicaciones que tendría el maíz transgénico en nuestro país. Adicionalmente, se muestra la situación actual del maíz transgénico en Europa, Estados Unidos y América Latina. Se hace un análisis crítico sobre los diferentes tipos de maíz GM que Monsanto y Dupont pretenden introducir comercialmente en Colombia y se hace una crítica sobre los procedimientos y conclusiones preliminares a las que llega el CTN del ICA con respecto a las solicitudes. Esta situación nos lleva a concluir, que si los procedimientos que se están siguiendo para aprobar el maíz transgénico, se realizan de forma similar a los que se siguieron con el algodón Bt y RR, sería una vergüenza y una tragedia nacional de la cual seria difícil recuperarnos.