Suscribase por $45.000 a la revista Semillas y reciba cuatro números, dos por año
I. Declaración de Roma
Las semillas integran los cinco elementos que son la base de la vida. El sol, la tierra, el agua y el aire generadores de la riqueza de la naturaleza. Ellos son la identidad misma de nuestros pueblos.
Desde sus orígenes, la agricultura fue protegida por las culturas ancestrales, quienes nos la legaron en herencia y nos enseñaron a preservarla y continuar así con la vida. Familias aborígenes y campesinas en todo tiempo y lugar las hemos recolectado, almacenado, conservado, intercambiado libremente, pero también nos corresponde preservarlas en legado a las futuras generaciones.
La diversidad genética se ha expandido desde entonces. En este proceso hemos seleccionado algunas variedades productivas y hemos mejorado otras menos eficientes, adaptando nuestros cultivos a microambientes específicos de una manera natural.
La “crianza” de nuestras semillas es una responsabilidad y un compromiso de quienes defendemos la vida en todas sus multidiversas manifestaciones. Nuestra relación con la madre tierra es integral, en ella hacemos historia y sembramos futuro. De las manos de nuestras abuelas/os y madres se nos transmitió el conocimiento tradicional de esta sobrevivencia, que es también como la semilla: colectivo y no monopolizable.
Como guardianes de estos recursos y conocimientos, practicamos la solidaridad y la cooperación, porque creemos en la unidad dentro de la diversidad, tanto en lo natural como en lo humano. Por ello es que interactuamos en organizaciones de comunidades rurales e indígenas para promover relaciones de justicia social en todos los ámbitos de la vida.
La lucha por el derecho a la tierra y los territorios, el derecho de acceso al agua, los bosques, los suelos y subsuelos existentes en esos espacios vitales y la defensa de la vida son partes inseparables de la soberanía alimentaria.
Nunca el proceso de expropiación y marginación contra pueblos indígenas, aborígenes y campesinos del mundo había sido tan fuerte, cruel y despiadado como ahora. Por la globalización de la ambición, por poderosas corporaciones transnacionales que se han venido apropiando de nuestras tierras y privatizando la vida y confiscando nuestros derechos colectivos, de presentes y futuras generaciones, al pretender imponer supuestos derechos de propiedad intelectual de los genomas y la manipulación genética.
Este proceso, basado en la ilógica locura del mercado, pretende hacer desaparecer a los pueblos aborígenes y campesinos, secuestrando nuestros derechos a ser los legítimos guardianes de las semillas del pasado y del futuro, que pretenden saquear para cambiárnoslas por las suyas, engendradas en sus laboratorios del mal, por lo que hoy debemos protegernos de este saqueo a la vida.
Las semillas siempre han sido patrimonio común de la humanidad, pero la dominación tecnológica ha promovido el robo de la biodiversdiad en los países indefensos, guardianes del germoplasma de la madre naturaleza. Desde finales del pasado siglo, el reconocimiento de la soberanía de los Estados sobre los recursos genéticos, lejos de detener este crimen a escala mundial, ha servido para legitimarlo o dejar que ocurra impunemente.
Por eso nosotros, guardianes perennes de estos recursos, en ejercicio de nuestro poder constituyente como pueblos soberanos, nos estamos organizando en movilización global para la defensa de la vida, para mantener el control de las semillas de las que provienen nuestros alimentos y demás recursos naturales, para evitar y combatir cualquier intento de apropiación privada y monopólica de ellas, para recuperarlas, preservarlas y entregarlas a las generaciones futuras, como ha sido hasta ahora.
Hemos custodiado y protegido esas semillas de la vida y tenemos el derecho a usar, escoger, almacenar e intercambiar libremente semillas y especies, porque son parte de nuestra identidad y cultura. Atentan contra este derecho, las patentes de los genomas que representan la mayor causa de destrucción de la soberanía alimentaria, confiscando el poder generador de la vida para ponerlo en manos de las transnacionales amparadas y estimuladas por el depredador y excluyente modelo neoliberal.
Nos oponemos a la propiedad intelectual sobre cualquier forma de vida. El único custodio de la vida es quien la porta, quien la detenta, quien la vive, quien la alimenta y quien la conserva. Esto corresponde a las naciones, países y sus pueblos, a las comunidades indígenas, aborígenes y campesinas y campesinos del mundo. Por ello, no aceptamos que quienes siempre hemos custodiado las semillas de la sobrevivencia alimentaria de la humanidad, hoy tengamos que pagar regalías por nuevas semillas, nacidas de otras que fueron saqueadas en nuestras tierras, manipuladas o modificadas genéticamente en países extranjeros, y que nos obligan a cambiar nuestras prácticas agrícolas ecológicas o, simplemente, a depender de ellas porque son estériles.
Sin semillas no hay agricultura, sin agricultura no hay alimentación; y sin alimentacion no hay pueblos. Por eso hoy nos declaramos en una gran campaña mundial en defensa de las semillas sustentadoras de la vida, impulsando la declaración en que sean reconocidas como patrimonio común de la humanidad.
Llevar a cabo diversas acciones para impedir la manipulación genética que tenga como motivación la dominación y opresión de los pueblos.
Llamar al fomento y estímulo del libre intercambio de semillas, el rescate de experiencias locales de su conservación, de ferias campesinas para compartir sabidurías, intercambiar semillas y productos agroecológicos dinamizando mercados locales y regionales.
Concretar diversas acciones para recuperar la memoria histórica y cultura ancestral del manejo de semillas, promoviendo una agricultura ecológica urbana y rural que reproduzca el milagro de más y mejores alimentos y semillas.
Todos estos compromisos y acciones tienen en su esencia el quinto elemento cósmico: el amor a la vida en todas sus formas.
ONG afiliadas a Vía Campesina, Amigos de la Tierra Internacional y Demás ONG y OSC Asistentes a la Cumbre de Alimentación. Roma, 10 junio 2002
Las semillas son obra campesina e indígena, una creación colectiva que refleja la historia de los pueblos y especialmente de sus mujeres, quienes fueron sus creadoras iniciales y se han mantenido a través de la historia como sus principales guardianas y mejoradoras.
Entendemos que la semilla es muchísimo más que un recurso productivo. Las semillas son simultáneamente fundamento y producto de culturas y sociedades a través de la historia. En ellas se incorporan valores, afectos, visiones y formas de vida que las ligan al ámbito de lo sagrado.
Sin las semillas es imposible el sustento y soberanía de los pueblos. Al desaparecer las semillas desaparecen las culturas y pueblos rurales y comunidades; la desaparición de las culturas, a su vez, lleva a la desaparición de las semillas.
Las semillas son el inicio y fin de los ciclos de producción campesina. La diversidad y existencia de semillas campesinas permite asegurar la abundancia y la diversidad alimentaria en cada localidad, sirviendo de base para una nutrición adecuada y permitiendo el desarrollo de las formas culinarias culturalmente adecuadas y deseadas. Por tanto, las semillas y el conocimiento asociado a ellas son parte fundamental e insustituible de la soberanía alimentaria de los pueblos.
Por todo lo anterior, las semillas no son apropiables. Ellas deben mantener en todo momento su carácter de patrimonio colectivo, frente al cual hay deberes ineludibles que cumplir, incluso por sobre el derecho a gozar de él. La Campaña, por lo tanto, se opone a la propiedad intelectual y a toda forma de apropiación de la vida.
La Campaña se basará en las múltiples formas de conocimiento indígena y campesino en torno a las semillas, la agricultura y la biodiversidad; se parte del convencimiento que estas formas de conocimiento son válidas por si mismas y no requieren de validación externa, científica o de otra índole.
La Campaña deberá buscar formas efectivas de involucrar y comprometer al conjunto de la sociedad. Ello incluye el involucrar y requerir el aporte de técnicos y científicos cuando los procesos de erosión biológica y cultural lo hagan necesario. El liderazgo y la toma final de decisiones debe estar en la VC. y en las organizaciones de los campesinos y campesinas, de los indígenas y las comunidades.
La Campaña es parte de las luchas por defender, reforzar y/o recuperar la soberanía política, cultural, económica y alimentaria de los pueblos y se encuadra en una lucha más amplia contra el sistema capitalista y su fase neoliberal. Por lo mismo, es parte de la búsqueda de proyectos populares alternativos.
Igualmente, las semillas no pueden ser defendidas si no se defiende las condiciones necesarias para la continuidad de las culturas que las mantienen y les dieron origen. La Campaña, por lo tanto, debe estar íntimamente ligada a la defensa de la tierra y los territorios y a las culturas campesinas e indígenas. La Campaña promoverá dentro de los principios identificados la aplicación de enfoques que fomenten la toma de decisiones y el desarrollo de iniciativas, conocimientos y tecnologías de manera local y descentralizada.
Los contenidos, metodologías e iniciativas de la Campaña serán definidas desde una perspectiva campesina e indígena. Asimismo, se asegurará en todo momento que el liderazgo sea ejercido desde la VC. y las organizaciones campesinas e indígenas.
Los expertos y especialistas indígenas y campesinos son los actores fundamentales de esta campaña, especialmente las expertas y especialistas mujeres. Deberemos destacar los aportes históricos y actuales de estos especialistas, identificar y destacar especialistas en el ámbito local, crear condiciones para que sus aportes puedan ser; valorados, reconocidos y socializados. Reactivar el conocimiento y la diversidad de uso de los cultivos y las semillas. Fomentar/reactivar las culturas culinarias, las artesanías y otros usos. Valorar y reforzar usos rituales. Promover la diversidad de cultivos y tecnologías. Ligar agricultura y reforestación. Apoyar y dinamizar todas las formas de intercambio de semillas y conocimientos entre comunidades indígenas y campesinas. Apoyar el fortalecimiento y ampliación de la producción y reproducción de semillas de manera autónoma y descentralizada.
Fomentar/defender/reactivar los procesos y mecanismos de creación y socialización de conocimiento en las comunidades indígenas y campesinas. Desarrollar formas de investigación local en base a principios, preocupaciones y enfoques campesinos. Impulsar luchas más amplias que permitan asegurar las condiciones necesarias para la mantención de los sistemas de conocimiento campesinos e indígenas.
Promover y socializar un marco ético acorde con los principios de la Campaña y que aporte a las futuras iniciativas y orientaciones dentro de ella. Impulsar encuentros e intercambios campesinos que vayan definiendo principios de conducta en torno a las semillas. Promover un debate que permita establecer/identificar tanto derechos como deberes en torno a las semillas y la biodiversidad.
Destacar como motivo de orgullo y confianza en las propias fuerzas el aporte invaluable e irremplazable de las semillas campesinas a la humanidad. Resaltar que esta Campaña se basa en recursos, capacidades y conocimientos propios, por lo que es un ejercicio de soberanía que no requiere el beneplácito de las autoridades ni de sectores poderosos. Resaltar en todo momento su carácter esperanzador.
Involucrar al conjunto de la sociedad a través de actividades culturales, de educación y festivas que creen conciencia y mística en torno a las semillas y al papel de los pueblos indígenas y campesinos. Hacer conciencia que las semillas campesinas son base de la alimentación y de la soberanía alimentaria.
Vincular la Campaña a las demás campañas de Vía Campesina, así como a la lucha contra los tratados internacionales de libre comercio, las diversas formas de globalización, homogenización cultural y privatización, y en contra de los organismos financieros internacionales.
La coordinación de la campaña internacional se ha reunido en tres ocasiones: Caaguazu, Paraguay (abril), México (agosto 2003) y Mumbai, India (enero 2004). La primera reunión realizada en Paraguay definió los principios y fundamentos de la Campaña que fueron recogidos en el ítem II de este documento.
Los días 6 y 7 de agosto de 2003 se realizó en México la segunda reunión de coordinación de la Campaña Mundial de Semillas; con la participación de representantes de varias organizaciones, entre ellas: Vía Campesina; ANUC-UR, Colombia; Movimiento de Mujeres Trabajadoras Rurales, Brasil; CONAMURI, Paraguay; Movimiento Campesino Santiago del Estero, Argentina; Movimiento Sin Tierra, Brasil; Mujeres campesinas Organizadas en Red; UNORCA, ANAMURI AG, Chile; Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA), Brasil; Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI), Chile; Organización Ecologista, Costa Rica; CENSAT Agua Viva - Amigos de la Tierra, Colombia; Asociación de Trabajadores del Campo, Nicaragua; Grupo Semillas, Colombia; GRAIN; Redes, Amigos de la Tierra Uruguay; y ETC Group.
Este encuentro tenía básicamente cuatro objetivos: a) dar a conocer el documento que contiene los fundamentos, principios y estrategias de la campaña para su discusión, análisis, debate y modificaciones si fuese necesario; b) constitución del Comité Internacional de la Campaña; c) coordinación entre organizaciones campesinas e indígenas de diferentes países y continentes para las acciones de la campaña; y d) establecer una agenda de trabajo internacional de la campaña.
Los principales acuerdos alcanzados fueron: a) la campaña no sustituye las campañas y acciones locales; b) la campaña debe promover articulación, acciones conjuntas y generar información; c) se debe promover y realizar acciones en los países para la recuperación de las colecciones de semillas guardadas en los bancos y centros genéticos; y d) la campaña debe articularse con otras campañas: contra los transgénicos, reforma agraria, defensa del agua, recuperación de tierras y territorios, defensa del maíz, lucha contra los plaguicidas, contra el ALCA, la guerra, el militarismo, las transnacionales, la OMC, etc.
Se definieron, entre otras, las siguientes acciones: a) articulación de las diversas organizaciones sociales y campesinas con las comunidades indígenas; b) identificar nuestros custodios y curadoras de semillas, construir y articular redes en el ámbito nacional e internacional; articulación del conocimiento tradicional; c) apoyar y realizar acciones de defensa del maíz mexicano; d)promover programas de radio, artículos, separata en la revista Biodiversidad, intercambio de videos; e) montar obras de teatro como medio de difusión, información y formación; f) generar información y difundirla, sobre lo que ocurre con los organismos como la ONU, FAO, UNESCO, OMPI, etc.; g) abrir en el portal de Biodiversidad un espacio para la campaña; h) denunciar la contaminación del maíz mexicano; organizar una Jornada Mundial “Salvemos el maíz de México”; i) realizar talleres teóricos y prácticos sobre semillas criollas y nativas; y j) se deben potenciar las fiestas y ferias locales como instancias de acercamiento entre campesinas/os y comunidades indígenas.
El Comité Internacional de la Campaña Mundial quedó integrado por organizaciones y redes de carácter regional e internacional. Para la reunión que se realizó en enero de 2004 –en el marco del Foro Social Mundial en la India– se acordó la incorporación de las y los compañeros de Asia, África y Europa.
En Colombia la Vía Campesina Colombia: ANUC-UR y Fensuagro en coordinación con otras organizaciones como IMCA, EMCOBA, Grupo Semillas, RECAR, CENSAT Agua Viva han realizado dos reuniones de coordinación de la campaña. La primera se realizó en octubre de 2003 en EMCOBA, Barbosa, Santander, en el marco de la Escuela Mujer y Soberanía Alimentaria de la ANUC-UR, donde se socializaron los fundamentos de la campaña internacional, se identificaron estrategias, acciones y potenciales organizaciones y experiencias locales aliadas, para el impulso de la Campaña.
La segunda reunión se realizó en Málaga, en diciembre de 2003, en el marco de la Fiesta Nacional de la Semilla, en donde se avanzo en este mismo sentido y se definió la realización de una reunión nacional ampliada, que es la que estamos convocando.
Adicionalmente, la Vía Campesina Colombia viene adelantando acciones de divulgación y promoción en algunas regiones como el Cauca, Nariño, la Costa Caribe, así como otras de las organizaciones impulsoras. En diferentes espacios y eventos se han difundidos los documentos de los principios y los fundamentos de la Campaña.
El 15 de mayo de 2004, se realizó en Bogotá una reunión de coordinación y promoción de la Campaña, en donde participaron más de 50 representantes de organizaciones campesinas e indígenas de diferentes regiones del país; cada uno regresó a sus regiones con el compromiso de promover acciones y la participación de otros grupos en la Campaña de Semillas.
______________________________________________________________
Informes: ANUC-UR anuc_ur@yahoo.es, Fensuagro fensuagropresidencia@yahoo.es
Calle 28A No. 15-31 Oficina 302 Bogotá Teléfono: (57)(1) 7035387 Bogotá, Colombia. semillas@semillas.org.co
Sitio web desarrollado por Colnodo bajo autorización del Grupo Semillas
MAPA DEL SITIO | CONTACTENOS