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Zonas de sacrificio y defensa territorial: El caso de las consultas del Yasuní y del Chocó andino.

Elizabeth Bravo / Diciembre 21 de 2023 / Este artículo ha sido consultado 42 veces

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"Las zonas de sacrificio son aquellos lugares donde se prioriza la ganancia económica por sobre los derechos humanos y de la naturaleza, generándose devastación ambiental a través de la contaminación, deforestación, destrucción de ecosistemas y de formas de vida."

Luego de más de varias décadas de lucha a favor del Yasuní, el 20 de agosto 2023, el pueblo ecuatoriano votó decididamente por que en ese rincón de la Amazonía ecuatoriana se suspenda toda actividad petrolera; que se mantenga el crudo en el subsuelo; que deje de ser una zona de sacrificio.

Ese mismo día la población del Distrito Metropolitano de Quito votó contundentemente por que se prohíba la minería artesanal a pequeña, me diana y gran escala en la zona llamada Chocó Andino, ubicada en el noroccidente de la ciudad de Quito, conocida también como la “capital mundial de la panela orgánica”. De esa manera, se evitó que esta zona de gran importancia desde el punto de vista ecológico y cultural sea convertida en una zona de sacrificio.

Las zonas de sacrificio son aquellos lugares donde se prioriza la ganancia económica por sobre los derechos humanos y de la naturaleza, generándose devastación ambiental a través de la contaminación, deforestación, destrucción de ecosistemas y de formas de vida. Se configuran cuando hay una intencionalidad del Estado, ya sea porque permite o lleva a cabo acciones destructivas que generan beneficios, o porque se abstiene de tomar medidas para frenar las acciones de los actores económicos responsables. 

En estas zonas de sacrificio los Estados demandan a sectores de la población, considerados como inferiores, que hagan una ofrenda para alcanzar un bien superior, un bien universal, con connotaciones morales, casi heroicas. Se exige una renuncia sacrificial para alcanzar el progreso, la modernización, y se hacen estas exigencias bajo el presupuesto de que los “daños negativos aceptables” a nivel local son imprescindibles; a cambio del bien común. 

Se pide a segmentos de la sociedad sacrificar sus tierras o formas de vida, para que otros tengan una mejor vida, bajo el argumento de aspiraciones universales, como si todos fuéramos y tuviéramos la misma escala de valores y aspiraciones. Éste es el caso del Parque Nacional Yasuní, el hogar de pueblos indígenas en aislamiento; y considerado por la ciencia occidental como el lugar más biodiverso del planeta. Justamente ahí hay reservas petroleras importantes, con un crudo de muy mala calidad.

Los diferentes gobiernos de turno han insistido en sacrificar la zona por un “bien mayor”: la generación de divisas para sostener la economía del país, aunque gran parte de los ingresos petroleros no se usen para mejorar las condiciones de vida de la población, sino para pagar la deuda externa. El Estado pidió a la población ecuatoriana que aceptemos que el Ya suní sea una zona de sacrificio, y lo que propuso fue que aceptáramos un acto de fe, porque no conocemos con exactitud los volúmenes de crudo que saldrán de cada pozo perforado, cuán do se secarán, cuántos nuevos pozos se necesitará perforar para que el campo petrolero sea rentable, por tratarse de un yacimiento de mala calidad.

 


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Publicado en Diciembre 21 de 2023| Compartir
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