Los huertos circulares son agroecosistemas productivos implementados en armonía con la naturaleza y en concordancia con el contexto socioeconómico, para generar alimentos suficientes en calidad y cantidad en un espacio reducido durante todo el año, especialmente en zonas planas con limitantes de disponibilidad de agua.
Estos sistemas productivos están diseñados para generar su propia fertilidad de suelos, demandan menos cantidad de agua y tienen capacidad para retener mayor cantidad de humedad y excedentes de agua y favorece las capacidades de las familias y de las comunidades para la gestión de sus procesos de desarrollo y de su disponibilidad de alimentos.
Los huertos circulares se constituyen en una estrategia para potenciar el uso y manejo de la biodiversidad de especies de diferente uso y características, el manejo eficiente del suelo y del agua, elevar la productividad y optimizar el uso de mano de obra familiar y comunitaria.
Su mayor aporte está en que brinda de manera rápida y permanente un mejor acceso a los alimentos, mediante técnicas de fácil implementación que pueden ser desarrolladas a nivel familiar o comunitario.
Los huertos circulares se consideran agroecosistemas altamente eficientes en la captación de energía solar en los diferentes estratos de los cultivos asociados,mediante la construcción de paisajes agrícolas articulados a la alimentación humana, animal, al uso racional del agua lluvia y la humedad del suelo, la combinación de cultivos de hortalizas, tubérculos, de pan coger, frutales, medicinales y especies arbóreas. También el manejo de coberturas del suelo, y de los organismos vivos del suelo y a la combinación y aplicación de saberes propios y de técnicas aprendidos de otras culturas.
Como agroecosistemas los huertos circulares tienen entradas, salidas, componentes y funciones identificadas. Las semillas, el manejo del agua, los enriquecimientos con abonos orgánicos, y coberturas vegetales y muertas, el aprovechamiento eficiente del agua y de la energía solar, los aportes de trabajo de las familias son sus principales entradas. A su vez, la producción que se cosecha es la principal salida, el sistema provee los servicios ecosistémicos mediante el aumento de la biodiversidad, aumento de materia orgánica en el suelo, retención de humedad, Las interrelaciones entre los elementos agua, suelo, aire, brillo solar y humedad solar son fundamentales, porque al establecer ciclos más intensos de energía y materia con árboles y arbustos asociados y con las semillas agrícolas adaptadas a cada ecotono, con los insectos benéficos que aumentan en este espacio, las lombrices y toda la fauna del suelo; se produce una mayor eficiencia en los procesos productivos. Además se enriquece y dinamiza esta práctica porque se articulan conocimientos propios con nuevos aprendizajes de la cultura agrícola, del manejo de aguas y suelos y de las especies forestales usadas.
En el huerto, más plantas pueden compartir el mismo espacio, producir con mayor eficiencia y hacerlo a la manera cómo funcionan las plantas en los bosques. Un principio fundamental de los agroecosistemas de este tipo es articular plantas herbáceas, arbustivas y árboles en el huerto. El sombrío y la fijación de nitrógeno son fundamentales para el bienestar de las plantas cultivadas y por eso se utiliza árboles de las leguminosas o palmas extractoras de fósforo en el centro del huerto. El rastrojo o crecimiento gradual de plantas (sucesión) en los alrededores del mismo, se convierte en reservorios de insectos benéficos y el mantillo de los bosques aporta las micorrizas propias para aportar a la sanidad del suelo y al aumento de la rizósfera de las plantas.
Ver video: https://www.youtube.com/watch?v=d-8ZCRzl9XQ&feature=youtu.be
Sus orígenes son las chinampas de los indígenas mejicanos, los diques aluviales de los zenú y muchas otras formas de producir en la América prehispánica. En esencia, consiste en duplicar la profundidad efectiva del suelo y aumentar la fertilidad natural con estiércoles y microorganismos del bosque y enriquecer la producción con variedad de semillas e incluso de animales que se pueden asociar al huerto como serían los peces. La construcción y combinación de camellones y canales permite airear el suelo, aumentar la capacidad de retención de humedad y almacenar el agua excedente de la lluvia y regular la permanencia o salida de esta mediante un canal de desagüe y barreras para contener su salida.
Esta iniciativa fue introducida en el Sur del Tolima a partir de las lecciones y aprendizajes del ingeniero agrónomo William Velásquez, quien a partir de las prácticas de pueblos indígenas en Brasil, Bolivia y Centroamérica principalmente, y su amplia implementación por comunidades campesinas e indígenas de la región Caribe, y Orinoquia ha logrado demostrar sus bondades y beneficios a las comunidades y familias que los han implementado.
Estas técnicas de manejo eficiente de los agroecosistemas y del agua de origen y sabiduría milenaria, ha sido compatible con los requerimientos y limitantes ambientales de ecosistemas secos del Sur del Tolima y también con los conocimientos ancestrales de los pijao de la región, sobre el manejo del agua. El primer huerto que se desarrolló en el Sur del Tolima se hizo en el resguardo de Piedras Negras, Tamirco (Natagaima) y posteriormente se realizaron otros más en Guasimal, Aguas Frías y en la comunidad de Ilarquito y aunque algunos de ellos se hicieron por iniciativa propia de las comunidades y que requieren un mayor acompañamiento técnico, han tenido una buena aceptación y proyección.
Estiércoles de animales, residuos de cocina, tierra superficial y manto del bosque nativo local, semillas, plántulas de alimentos, árbol leguminoso o palmera. Como herramientas se utilizan el decámetro, pala, palín, carreta, pica y rastrillo. En zonas donde se tenga fuerte intensidad del sol o veranos extensos y poca cobertura de sombrío, se requiere utilizar coberturas sintéticas por lo menos en etapas preliminares de los cultivos.
Ver video: https://www.youtube.com/watch?v=d-8ZCRzl9XQ&feature=youtu.be
Es preciso considerar que el huerto circular no es una cosecha de agua convencional. El agua allí se integra eficientemente al agroecosistema y no se deposita en lámina almacenable, excepto en las épocas de lluvias, dado que las zanjas pueden ser construidas de manera tal que contengan el agua.
Varias razones explican que el agua sea mejor usada en estos huertos:
Agradecimientos: Al Grupo Semillas, a la Escuela Agroecológica y Territorial Manuel Quintín Lame, a la comunidad de Ilarquito y al agrónomo William Velásquez por su valiosa iniciativa de los huertos circulares.
Ver video: https://www.youtube.com/watch?v=d-8ZCRzl9XQ&feature=youtu.be
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