Los actuales pijao descendemos de una gran nación con varios pueblos, que adaptó su cultura a un territorio del centro de Colombia, especialmente el Tolima. Ni la conquista, la colonia, ni la república, lograron eliminar la esencia de nuestro pueblo: altivo y aferrado a un seco y estratégico territorio, en el que aspiramos mejorar nuestras condiciones de calidad de vida.
Cuando nos preguntamos por las razones que nos mantienen como pueblo, hemos encontrado una ruta fascinante y gloriosa constituida por los maíces y la chicha.
La síntesis de nuestra raza, la alegría y el tesón de un pueblo como el pijao, se ha mantenido gracias a nuestras mujeres que con la milenaria receta de la chicha sustentan el uso del maíz y empujan a los laboriosos agricultores a que siembren las variedades tradicionales. Nuestros maíces criollos, los cuales tienen grano sano y pesado, rico en aceites y proteínas, dan sabor y fuerza única a un alimento bebida como la chicha. Y a la vez, sin los maíces clavo blanco, clavo babario y guacamayo, sería imposible elaborar nuestra bebida.
Miremos con respeto y con ánimo un recurso fundamental de nuestro pueblo, que debe ser protegido con urgencia. Nuestros maíces están siendo amenazados por la desaparición y debemos tomar medidas urgentes.
Las graves sequías y en ello la falta de tierras y agua, la siembra y consumo de maíces transgénicos, los costosos sistemas de producción asociados a las variedades e híbridos; están provocando el desuso y la pérdida de nuestras semillas. Hoy más que nunca necesitamos defender nuestros maíces y nuestra identidad asociada a ellos.
Las fiestas del San Juan es la fiesta del maíz, la chicha, los tamales, la arepa oreja de perro, el insulso, el envuelto, la chúcula, los bizcochos y todos los alimentos que nos identifican, están asociados a nuestros maíces. Por eso, estamos animando a nuestros agricultores y agricultoras a que usen semillas nativas de buena calidad y que no están contaminadas. A que hagamos una red de productores de semillas y de intercambio y difusión de nuestros maíces.
Esta semilla tiene un costo. Pero ese costo no es dinero. Esperamos al término de la cosecha recibir el doble de maíz entregado, para nuevamente repartirlo entre otros agricultores.
Recomendaciones para usar nuestras semillas propias y de buena calidad.
Calle 28A No. 15-31 Oficina 302 Bogotá Teléfono: (57)(1) 7035387 Bogotá, Colombia. semillas@semillas.org.co
Sitio web desarrollado por Colnodo bajo autorización del Grupo Semillas
MAPA DEL SITIO | CONTACTENOS