Entrevista a Antonio Mejía* Presentamos algunas reflexiones y conceptos dados por el Doctor Antonio Mejía, un investigador de la Fundación Escuela de Medicina Juan N. Corpas, entidad que tiene una amplia experiencia de trabajo basado en la medicina natural en Colombia, a través del desarrollo de programas de formación académica, la producción y comercialización de productos farmacéuticos naturales y el desarrollo de proyectos participativos con comunidades locales, para la producción de medicamentos, elaborados con plantas medicinales.
La Escuela de medicina Juan N. Corpas es pionera a nivel nacional en cuanto a la utilización de la medicina natural. ¿Desde su experiencia, cuál es el mayor aporte en relación con las escuelas y terapias convencionales?
La medicina tradicional (MT) es el pilar de la medicina moderna, la medicina convencional es la consecuencia del saber acumulado en el desarrollo de miles de años de experiencias populares en la que los conocimientos adquiridos fueron aprovechados por médicos botánicos de escuelas modernas. La medicina moderna se basa entonces, en las tesis de Hipócrates (460 a 377 a.C.), padre de la medicina Occidental y de quien es reconocido su aporte hacia la consolidación de las ciencias médicas que hoy se conocen. Sin embargo, esta escuela hipocrática se ocupó de perfeccionar la medicina científica, convencional o alopática de la mano del avance alcanzado por el método científico, lo cual finalmente, minimiza el valor de la medicina tradicional.
Con el desarrollo de la medicina científica, el conocimiento popular fue quedando relegado al anecdotario de etnobotánicos y antropólogos, quienes se referían a la MT como un aspecto cultural dentro del ámbito de los hechos curiosos y exclusivamente inherentes a la cultura de las comunidades indígenas. Así, los progresos científicos de los siglos XIX y XX, épocas en las que se dieron los mayores avances en la anatomía, la fisiología, la clínica, etc., así como el desarrollo de los medicamentos farmacéuticos basados en los contenidos químicos de las plantas, se constituyeron en el único criterio válido de interés terapéutico.
Con el descubrimiento de las síntesis químicas, entró en desuso su aplicación popular, tanto que su importancia como acción medicamentosa unida al ritual chamánico, fue considerada hechicería lo que contribuyó a que decayera como terapia válida y adecuada para el tratamiento médico convencional. A esto hay que sumarle los intereses creados por las sumas importantes de dinero que la industria farmacéutica atesoró por la venta de los medicamentos de síntesis.
Dentro de este marco de circunstancias, el hecho de que la Escuela de Medicina Corpas, considerara la utilidad de la MT en la práctica moderna de la medicina, fue chocar con la idea de las autoridades sanitarias y científicos pertenecientes a las grandes transnacionales de que estas son medicinas marginales debido, entre otras cosas, a su connotación de pócimas peligrosas y de práctica pagana perteneciente al ámbito de la brujería y la charlatanería. Sin embargo, esta actitud desconocedora de la amplia utilidad de las medicinas populares en el mundo, ha tenido que ser revaluada ante la enorme evidencia terapéutica mundial de este tipo de medicinas. El aporte, entonces, ha sido demostrar que aplicando la MT de manera responsable se pueden obtener resultados médicos muy importantes, por lo tanto, la Escuela de Medicina Corpas, ha contribuido a rebatir con hechos las posiciones ortodoxas de los incrédulos cientificistas de algunos sectores de la comunidad médica académica.
¿Cuál es el aporte del conocimiento tradicional en las prácticas terapéuticas utilizadas por la clínica Juan N. Corpas?
El aporte es inmenso, ya que no son pocos los esfuerzos realizados por la Fundación Escuela de Medicina Juan N. Corpas durante varios años en la validación de medicinas tradicionales ampliamente utilizadas en el mundo, sobre todo en países de rica historia como son China e India, así como el uso de las plantas medicinales de las comunidades populares del país. Sobre este último aspecto, cabe resaltar la importancia de la actitud tomada por la Corpas en relación con el establecimiento de acuerdos con comunidades indígenas y campesinas del país, en los cuales se busca favorecer sus intereses de manera que les permita apropiarse de sus recursos para negociar en igualdad de condiciones con laboratorios e instituciones de investigación, cuando así lo crean conveniente.
¿Cuáles son las fuentes utilizadas por la escuela o el laboratorio para la aplicación y uso del conocimiento tradicional?
En la actualidad existen innumerables fuentes de datos que nos permiten pensar en el desarrollo de muchos bienes y servicios aplicados a la medicina de una manera responsable, tanto sanitariamente como ambientalmente.
Alrededor del año 1993, se llevó a cabo un estudio para las comunidades indígenas y campesinas de la región del norte del Cauca, trabajo que fue recondado al laboratorio por el Dr. Hernando García Barriga, quien se ofreció a colaborar con la comunidad en el desarrollo de un programa de salud en el cual se recurría a un estudio etnobotánico de las áreas pertinentes. De allí se derivó lo que hoy es un convenio de cooperación entre la Asociación Solidaria de Salud y Productos Naturales CISEC y el Laboratorio de Farmacología Vegetal, Labfarve, filial de la Corpas. Quizá este ha sido el único estudio en el que se ha llegado a aprovechar, por decirlo de alguna forma, el conocimiento tradicional informado directamente por una comunidad para el desarrollo de productos botánicos medicinales. El resto viene de la bibliografía etnobotánica y médica no convencional que se encuentra disponible en todo el mundo.
¿Cómo se conjugan conocimiento científico y conocimiento tradicional en la medicina?
El conocimiento tradicional es milenario y esto no admite discusión. No obstante, en muchos casos se necesita de la confrontación que permita avalar que una determinada acción terapéutica es efectiva y se emplea con responsabilidad. Entre las comunidades tradicionales es muy frecuente encontrar que la sabiduría popular es transgredida por charlatanes que muchas veces ocasionan perjuicio a los pacientes. Por esto, en la medida de que sea un médico tradicional acreditado por una comunidad y se maneje con ética y pleno conocimiento su saber, no representará para el paciente un remedio peor que la enfermedad. Ahora, este tipo de medicina es aplicada únicamente dentro del contexto cultural al que pertenece el chamán, puesto que es él quien ha venido aplicando su medicina durante muchos años a los miembros de su comunidad. Por lo tanto, pretender que un médico occidental asuma dicha responsabilidad no es el objetivo, sino que a través del establecimiento de centros de salud en los que sea el mismo médico tradicional el que aplique su medicina, es quizá lo correcto.
La manera como se conjugan este tipo de medicinas es quizá, tomando elementos de ambas para buscar una integración mediante un diálogo de saberes.
En la actualidad la OMS considera que este tipo de medicinas son complementarias y alternativas de la medicina alopática. Sin embargo, en los países pobres es quizá el único recurso médico al que pueden acceder sus poblaciones, ante la carencia de atención médica convencional y quizá también, porque consideran que esta medicina es más efectiva que la medicina facultativa.
¿Qué beneficios se derivan de la utilización del conocimiento tradicional en las prácticas terapéuticas impulsadas por los centros médicos naturistas y laboratorios comerciales?
Casi en ningún caso se toman en cuenta a las comunidades productoras y poseedoras del conocimiento tradicional. Este tipo de acuerdos negociados pensando en repartir beneficios están limitados por varias cosas a saber:
a) los costos y la reticencia, fundamentada o no, que genera el hecho de repartir parte de las ganancias y apoyar los procesos comunitarios. Casi ningún centro o laboratorio naturista puede o desea compartir, sin embargo, algunos han tratado de apoyarlos, dependiendo del alcance de sus recursos.
b) por otra parte, no hay claridad en las políticas sobre acceso a recursos genéticos, uso del conocimiento tradicional y repartición de beneficios, patentes, etc. o bien, no se han puesto en la tarea de elaborar un convenio u otro mecanismo de negociación, precisamente por el temor que provoca un acuerdo en el que las partes no logran confianza debido a los obstáculos que coloca el mercado de productos naturales y las autoridades competentes. Sin embargo, debería ser tarea del Estado y ONGs que posean los recursos, facilitar y promover estos procesos, quizá a través de guías y asesorías pertinentes.
¿Cuál es para usted la mejor forma de compartir equitativamente los beneficios con las comunidades locales que aportan conocimiento tradicional?
Dependiendo de los recursos que posean los centros y laboratorios, así como las facilidades que ofrezcan las autoridades, sería posible incentivarles para que compartan los beneficios. La mejor forma sería establecer convenios de cooperación en investigación, asesoría en la producción de cosecha y postcosecha y comercialización con ganancias repartidas por las ventas de estos productos en mercados competitivos y sobre todo, sensibilizar a la gente de la importancia de generar alternativas de explotación pensando en el futuro, ya que son pocos los que están conscientes de eso. Principalmente debido a la mentalidad inmediatista de obtener ganancias a toda costa, sin mediar mecanismos de protección, prevención y sobre todo, sin compromiso, ética y consciencia en repartir los beneficios derivados del cono- cimiento tradicional en favor de los más necesitados.
¿Según su experiencia, qué tanto ha crecido la aceptación y el consumo de productos naturistas por parte de los pacientes para los tratamientos terapéuticos?
La aceptación de estos productos es total, ya que son eficaces y seguros, pese a que la calidad no es siempre la mejor. Esto último se debe a la falta de asesoría y mecanismos de apoyo gubernamental. Si no se logra fabricar productos de alta calidad, en el mercado mundial estos productos no serán competitivos y por lo tanto, no podrán generar ganancias representativas para las comunidades. Si no se mejora la calidad de los productos naturales, el prestigio del que gozan entre la población se vería minado y crearía desconfianza frente a ellos entre la gente, hecho que echaría al traste este proceso.
Así como hay productos en los mercados internacionales con amplio prestigio y eficacia, existen los que bajo estudios de toxicidad revelan efectos adversos a la salud que provocan el rechazo del producto por parte del consumidor. En este aspecto, se tendrá que profundizar, sobre todo por medio de estudios serios, que deben ser asumidos por centros de investigación con los recursos humanos y económicos necesarios para su desarrollo.
¿Qué es una fórmula magistral, cómo se relaciona con el conocimiento tradicional y en qué casos se aplica?
Una fórmula magistral es una preparación farmacéutica hecha a base de recursos naturales, en la que puede haber una o varias plantas u organismos mezclados que posean actividad biológica. Esta solo puede ser recetada por un médico acreditado en la consulta particular, por lo tanto, su producción es limitada y no está al alcance del público como venta libre.
¿Cómo debería el Estado apoyar las experiencias locales sobre la medicina natural?
Como no se trata de que los más poderosos aumenten su capital y los menos favorecidos continúen bajo las mismas circunstancias, es obligación del Estado apoyar estos procesos desde su comienzo, con asesorías y facilidades en los procedimientos de cosecha, postcosecha y producto terminado y con enfoque en la participación de las comunidades productoras en igualdad de condiciones frente a los grandes laboratorios. Por otra parte, la aplicación de la medicina tradicional debe ser considerada, por las autoridades sanitarias, como una fuente alternativa de salud con el respectivo apoyo a los pueblos indígenas y campesinos en el manejo responsable de su medicina.
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*Investigador, Fundación Escuela de Medicina Juan N. Corpas
C.e.: antonio_luis15@hotmail.com.
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