Es importante comprender a fondo la crisis ambiental que tenemos en la actualidad y de qué forma podemos adaptarnos y usar tecnologías que muestren alternativas eficientes y concretas para el cuidado de agua, la tierra y la vida. Por medio de los baños composteros, podemos ahorrar cantidades considerables de agua y al mismo tiempo evitar la producción de aguas negras. Es una tecnología apropiada que responde a la comprensión de la importancia del ciclo natural en donde nuestras deposiciones retornan a la tierra y vuelven al ciclo natural, sin desperdicios. En menos de dos generaciones, sin tener que recurrir a cantidades importantes de dinero, la reintroducción de toda la biomasa disponible y de los ciclos naturales del nitrógeno, fosforo y carbono al suelo podrían ser una solución a la crisis ambiental que atraviesa el mundo.
Cuando examinamos las causas actuales de los problemas relativos al agua y a los suelos, encontramos que todo deriva de decisiones que desconocen la importancia fundamental que tiene la interconexión de intercambio en la naturaleza. Lo que la sociedad denomina residuos, en la naturaleza es alimento para otro ser. De esta forma se mantiene y sustenta un ciclo armónico y reciproco. Su desconocimiento desequilibra los sistemas vivos interrelacionados al intercambio de todas las especies. Una parte bastante importante del cambio climático deriva de esta gestión incorrecta de la biomasa y puntualmente de la contaminación del agua por medio de las heces fecales.
Cada vez que soltamos el agua del baño trece litros de agua se van por el desagüe. Los baños o sanitarios secos se le denomina a todos los sistemas que en su funcionamiento no utilizan el agua. Además no contaminan el medio ambiente y su costo es muy bajo en comparación con el inodoro convencional.
Es un sistema circular o cíclico, resultado del compostaje de la materia orgánica que proporciona abono y la fabricación de su propio compostaje para huertas o jardines. El concepto de baño seco, es asociado al de las letrinas y existe equivocadamente la idea que este llevará a la aparición de insectos, moscas y mosquitos por los malos olores. Los sanitarios por el contrario, son baños limpios y seguros.
El uso de los sanitarios secos tiene tres objetivos: Evitar la contaminación de las aguas superficiales por descarga de aguas negras; Conservar el agua mediante la supresión de los inodoros; Restaurar la materia orgánica nitrogenada de los excrementos de nuevo en los grandes ciclos naturales y en el proceso de formación del suelo.}
Estos sistemas pueden integrarse a cualquier vivienda ya existente, incluso a edificios de apartamentos, pues son higiénicos, económicos y no contaminan el suelo, ni las aguas subterráneas, ríos y mares. El agua sólo es necesaria para su limpieza ocasional y en cantidades mínimas. Además generan un ahorro en tubos, canales, desagües y estaciones depuradoras. Los sanitarios secos fueron en un inicio implementados con notable éxito en poblaciones con pocos recursos y se extendieron por Europa y Estados Unidos como un método práctico de proporcionar abonos y fertilizantes. Aunque hay una amplia variedad de diseños y propuestas hoy en día sobre sanitarios secos, las diferentes propuestas las podemos dividir en dos grupos, los basados en la deshidratación (secos) y los basados en la descomposición (composteros).
En un sanitario seco se deshidrata el contenido que cae en la cámara de tratamiento; esto se logra con calor, ventilación y el agregado de material secante. Hay que reducir la humedad del contenido a menos de 25% tan pronto como sea posible, ya que con este nivel se acelera la eliminación de patógenos. De esto dependen los malos olores y la producción de moscas. El uso de una taza de sanitario diseñada especialmente, desvía la orina y la almacena en un recipiente aparte, facilita la deshidratación de las heces. La orina contiene la mayor parte de nutrientes y generalmente está libre de patógenos, por lo que puede utilizarse directamente como fertilizante, es decir, sin otro procesamiento. En general, resulta más difícil deshidratar excremento mezclado con orina, aunque esta se facilita en climas extremadamente secos.
Existe otro tipo de sanitario seco
Se puede construir aparte o integrado a la casa. Incluso se han desarrollado sistemas para contextos urbanos. Funciona con una estricta separación entre los desechos sólidos y la orina humana.
-Se utiliza una taza especial separadora de orina. Existen tanto modelos caseros como industriales. Tienen un depósito de orina en la parte delantera de la taza. Desde este colector, la orina fluye por una manguera hacia un pozo de absorción debajo o al lado del sanitario, se puede utilizar como fertilizante en las hortalizas (mezclar una parte de orina por cinco a ocho partes de agua.
-Taza especial con depósito de orina en la parte delantera, se fabrican de fibra de vidrio o de ferrocemento
-Se construye generalmente con doble cámara, que se alterna en su uso, cada una de ellas tiene un volumen aproximado de 60 centímetros cúbicos.
-Después de cada uso, se aplica una mezcla de tierra seca bien cernida mezclada con cal y cenizas
Por el manejo estrictamente seco se produce poca materia orgánica, por esto las cámaras pueden ser de un tamaño más reducido que en el sanitario compostero. Se recomienda suficiente ventilación a las cajas de depósito de sólidos, por ejemplo con una chimenea de mínimo cuatro pulgadas, que sube directamente sin codos ni desviaciones hasta un metro arriba del techo de la caseta. Los olores de la taza separadora de orina se pueden controlar echando un poco de agua adentro del colector después de cada uso.
La materia orgánica que se obtiene se cosecha anualmente, no presenta ningún tipo de olor, la presencia de la cal y de las cenizas secaron y compactaron un poco la tierra, por esto se recomienda mezclarla con tierra vegetal y arena, antes de utilizarla como abono para los árboles frutales.
En la práctica, se ha reportado una buena aceptación de este modelo de sanitario ecológico en comunidades rurales, siempre cuando se trate de pequeñas unidades familiares. No es fácil para algunos acostumbrarse a la taza separadora de orina y cuando se usa mucho, la orina humana en contacto con el aire se convierte rápidamente en amoniaco y muchas veces se presentan olores del captador de orina. Especialmente los niños pequeños a veces tienen dificultades de “atinar”. Por eso es recomendable que la instalación vaya acompañado de un proceso de capacitación y asistencia periódica durante los primeros dos años de uso. Definitivamente es poco recomendable para familias numerosas y centros comunitarios, para estos casos es mejor el sanitario compostero de doble cámara.
El sanitario seco con secador solar: Es una variación de este primer modelo. La humedad es el factor de riesgo más importante en un sistema sanitario basado en la deshidratación; pero con agregar un calentador solar a la cámara de proceso se reduce dicho riesgo. Este concepto se desarrolló en México; los sanitarios secos solares se utilizan de la misma manera que los sanitarios secos. (Existen cajones con secadores solares prefabricados de fibra de vidrio) La materia en la cámara de tratamiento es excreta humana y cenizas, y/o una mezcla de tierra y cal en proporción de cinco a uno. La orina se canaliza hacia un pozo de absorción ubicado cerca del sanitario (o se procesa como fertilizante). El papel higiénico usado se deposita en una caja o una bolsa que se coloca cerca de la taza para quemarlo periódicamente. También se construye como sistema de doble cámara.
La composta es un proceso biológico aeróbico sujeto a condiciones controladas en el que las bacterias, lombrices, hongos y otros organismos descomponen las sustancias orgánicas para producir humus; En un sanitario compostero se deposita la excreta humana y otros materiales orgánicos, por ejemplo pedazos de verduras, paja, aserrín y cáscaras de coco. Es una cámara de tratamiento donde los microorganismos del suelo se encargan de descomponer los sólidos, como sucede finalmente en un ambiente natural con todos los materiales orgánicos. Para lograr condiciones óptimas para la composta, se debe controlar la temperatura, la circulación de aire, proveer algo de humedad, y procurar una buena combinación de materiales.
El humus que se produce en el proceso es un excelente acondicionador de suelos, libre de patógenos humanos, pero esto depende de lograr las condiciones adecuadas y que el material se almacene durante el tiempo necesario en la cámara. Para mantener las condiciones aeróbicas, tiene que circular suficiente oxígeno en el material acumulado; la cámara de composta debe tener de 50 a 60% de humedad, y alcanzarse una relación carbón/nitrógeno (C: N) de 15:1 a 30:1. La temperatura debe estar por encima de 15ºC. Una gran diversidad de organismos contribuyen a la descomposición de las heces y otros materiales en el sanitario compostero. Varían en tamaño, pues van desde virus, bacterias, hongos y algas hasta gusanos e insectos. Todos ellos juegan un papel importante para mezclar, airear y descomponer el contenido del material apilado en la cámara de tratamiento. Incluso se pueden colocar lombrices de tierra en el sanitario: si el medio lo favorece, se multiplican, hacen orificios en el material de composta y consumen olores y materia orgánica, transformándolos en suelo orgánico enriquecido.
En general, no se hace separación de orina, y un eventual exceso de nitrógeno se equilibra con el uso de materiales altos en carbón (aserrín, paja molida). Tampoco se tiene que separar el papel de baño, ya que es material orgánico y puede añadirse sin problemas.
Este tipo de sanitario ecológico, es el que mejor resultado ha dado en la práctica, especialmente en las tierras áridas. Se construye con dos cámaras. La base generalmente se hace de ladrillo y loza de cemento. No es mala idea integrar el asiento directamente a la estructura de las dos cámaras. Las cámaras de depósito tienen que ser más grandes que para los sanitarios secos, para una familia de cinco personas recomendamos como volumen mínimo un metro cúbico en el interior de cada cámara. Antes de poner en funcionamiento el sanitario, se coloca un colchón de veinte centímetros de paja o rastrojo en el piso de la cámara que se va a utilizar. Esto apoya la aireación de la composta y evita demasiada compactación en el fondo de la pila.
Las dos cámaras se alternan entre sí. Una cámara está en uso durante más o menos sies meses, y después vienen seis meses de descanso. Antes de volver a cambiar el depósito, se abre por la puerta delantera, y se vacía la materia orgánica. Después de seis meses en descanso esta no presenta ningún tipo de olor desagradable. La materia orgánica obtenida se utiliza para la fertilización de árboles frutales, se puede volver a procesar mediante un composteo «caliente» para su utilización en hortalizas.
Para el buen funcionamiento de los sanitarios composteros es importante la buena combinación de los materiales, que se agregan a las cámaras. Después de cada uso hay que tapar la pila de composta con una variedad de materiales: tierra cernida, paja molida y aserrín. También se puede echar tierra vegetal, hojarasca e incluso, en cantidades moderadas, los desperdicios de la cocina. Una composta se hace más rica cuanta más variedad de materiales orgánicos le podemos añadir. Es recomendable alternar entre diferentes materiales secos, que utilizamos para tapar las heces después de cada uso. No ahorres en materia orgánica, siempre agrega bastante. El uso de cal no resulta recomendable, porque mata a los microorganismos que se encargan de procesar la composta. La ceniza se puede agregar en cantidades moderadas, pues tiene en esencia el mismo efecto, pero aporta algo de potasio a la composta (a veces es útil para controlar malos olores).
La cosecha de composta del sanitario compostero se da después de un descanso de seis meses. Esta no presenta ningún tipo de olor desagradable, y se puede poner como abono a los árboles frutales. Periódicamente, y en el caso que se presenten malos olores, es necesario arrojar una cubeta extra de aserrín, tierra, paja molida etc. y tapar bien. Cuando crece la pila, se hace un mantenimiento semanal con una pala larga (que solamente se usa para este fin). El proceso consiste en mover-airear un poco y para emparejar la pila de composta en la cámara de depósito, echar agua y tierra y materia seca por diez minutos.
Es importante proveer suficiente aireación y ventilación a las cámaras de depósito. Esto se logra mediante la inclusión de dos chimeneas entre seis y ocho pulgadas de diámetro, una para cada cámara. Estos salen sin codos ni desviaciones directamente desde la cámara de depósito hasta por lo menos un metro encima del techo de la caseta. En la parte que sale por encima del techo, se pintan de color negro las chimeneas. Esto atrae a los rayos del sol, calentando el aire en el interior y ayuda a eliminar malos olores y provee mayor ventilación a las pilas de composta.
También es importante proveer una entrada de aire a las compuertas de las cámaras, que en general se elaboran de hierro. Para controlar la entrada y salida de moscas, se debe que sellar bien todas las aperturas de las cámaras de depósito: en las terminaciones de las chimeneas y en las entradas de aire de las compuertas se sella con malla mosquitero, el asiento y la tapa del baño se pueden sellar con hule espuma. Aun cuando el sanitario compostero de doble cámara es un sistema que ahorra mucha agua, para un buen funcionamiento la composta necesita algo de humedad. En la estación seca del año se recomienda agregar una cubeta de agua por semana a los depósitos, tanto a los que están en uso, como a los que están en descanso. Esto ayuda al proceso de descomposición. En caso de utilizar lombrices, ellas necesitan una humedad relativa de 70 al 80% para funcionar.
La caseta se puede hacer de una variedad de materiales y gustos, de ladrillo, cemento, madera o adobe (en este caso habrá que hacer más ancha la base). Dos cosas importantes: Hacerla bonita y agradable. Muchos sanitarios ecológicos tienen mala fama solo por el poco cuidado que se le da a la construcción de la caseta. Otra cosa, hay que proteger el interior de la caseta de vientos fuertes y las lluvias, recomendamos que se incluyan ventanas grandes, para tener mejor ventilación.
El humabono se puede reciclar de manera natural cuando se usa como alimento para los organismos. Al proceso de alimentar a estos microorganismos con material orgánico, en presencia de oxígeno, se le llama compostaje. Una buena composta asegura la destrucción de potenciales patógenos para el ser humano (microorganismos causantes de enfermedades) en el humabono.
El abono humano puede mezclarse con otros materiales procedentes de la actividad humana como son los residuos de la cocina y la comida, pasto cortado, hojas secas, basura del jardín, productos hechos con papel y aserrín. Se requiere de esta mezcla de ingredientes para lograr una buena composta y se obtendrá un aditivo para la tierra que puede utilizarse tanto en huertos caseros como en la agricultura comercial.
Todos los hechos se suman a la conclusión de que la raza humana tiene que evolucionar inevitablemente. La evolución se traduce como cambio, y el cambio muchas veces encuentra resistencia, ya que es complicado eliminar viejos hábitos. Los escusados consumidores de agua así como los basureros rebosantes representan hábitos bien arraigados que deben ser repensados y reinventados. Si los humanos somos la mitad de lo inteligentes que creemos ser, eventualmente tendremos que entrar en razón y actuar. Por lo pronto, estamos dándonos cuenta de que la naturaleza posee muchas de las llaves que necesitamos para abrir las puertas de una existencia sustentable y armoniosa en nuestro planeta. La composta es una de esas llaves, pero ha sido descubierta hasta hace poco por la raza humana. Su uso está empezando a reproducirse alrededor del mundo tan rápido como los hongos.
HIERONIMI Holger “Manual de sanitarios secos y composteros” primera edición de Tierramor, 2000, y las experiencias prácticas utilizando diferentes tipos de sanitarios secos y composteros durante dieciseis años.
WINBLAD, Uno. “Saneamiento ecológico” Coordinador/editor: Cuidado de la edición castellana: Ron Sawyer y Lauro Medina Ortega. Primera edición en español, 1999
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