Desde el año 2002, en el departamento de Nariño se empieza a tejer la red desde el trabajo en recuperación de semillas y cultivos que estuvieran en riesgo de extinción. Cada uno en su finca cultivaba la mayor cantidad de semillas, tomando conciencia de que este trabajo debía estar enmarcado en una agricultura "sana"; debíamos producir semillas saludables fuera del modelo de agricultura química basado en semillas enfermas: semillas que no pueden producir sin una dosis cada vez mayor de agrotóxicos y que además generan una dependencia comercial en el productor que se ve obligado a comprar la semilla para cada siembra.
El trabajo fundamental de la red está enfocado en la conservación de semillas nativas y criollas que están en peligro de desaparecer, a través del rescate, preservación, promoción del uso sostenible, consumo y transformación de los alimentos. Trabajamos a través del diseño de sistemas de cultivo agroecológicos, los cuales fomentan un manejo integral de los componentes de la finca en armonía con la cultura, la salud y la naturaleza.
Contar qué es la organización o su historia, significa hablar de un proceso dinámico, con distintos momentos y a la vez es hablar de los individuos que la conforman. Somos guardianes de semillas que desde distintas experiencias de vida y convencimiento hemos aportado a un objetivo general: cambiar un modelo de vida destructor de la naturaleza y de los individuos, por un modo de vida basado en la solidaridad, la complementariedad, el equilibrio entre los seres humanos y el territorio.
En el 2002 participamos en un encuentro de guardianes de semillas desarrollado en Ecuador y decidimos crear la Red de Guardianes de Semillas. A partir de allí, nos hemos seguido encontrando anualmente entre quiénes compartimos este mismo interés. En el año 2006 se conforma la representación legal a través de la creación de la Asociación Agroecológica Nuevas Raíces - Agroeconur, quien asume la operación administrativa de la red de guardianes.
El eje integrador de la red es la semilla, porque representa el principio y el fin, es el símbolo de la vida y sin ellas no hay comida, techo, vestido, no hay cultura, no hay evolución. En la actualidad hemos llegado a un momento donde incluso la vida puede ser privatizada, controlada y reducida a una mercancía, las semillas nativas y criollas quieren ser reemplazadas por semillas de laboratorio, sin memoria cultural, sin tener en cuenta las particularidades climáticas del territorio y las prácticas culturales de sus habitantes.
La red está conformada por socios que participan desde el sector rural - productores de semillas y desde el sector urbano personas que creen en el proceso y quieren apoyar el trabajo. Con la experiencia dada, tuvimos necesidad de diferenciar los tipos de socios de la red de acuerdo a sus funciones, sin que esto implique una jerarquización.
Los socios se dividen en tres categorías según las características de su accionar:
Actualmente contamos con más de 403 socios de la red en los municipios de Consacá, Yacuanquer, Pasto, Ipiales, Guachavez, Cartago, San Lorenzo y La Unión, en el departamento de Nariño; en Mocoa en el departamento de Putumayo; el municipio de Caldono y Lerma en el departamento del Cauca; en la ciudad de Cali en el departamento del Valle del Cauca, la Estrella en Antioquia y en Choachí - Cundinamarca.
Los andes ecuatoriales, territorio conformado por Colombia, Ecuador y norte del Perú, han sido reconocidos por ser foco de biodiversidad y de la más alta en el planeta, correspondiente a su biodiversidad climática. Así mismo es el centro de origen y crianza de semillas importantes para la alimentación como lo son el frijol, la arracacha, el tomate, el choco, batata, lulo, zapallo, entre muchas otras. Sin embargo, esta biodiversidad se pierde aceleradamente. Hace menos de un siglo en las chagras se contaban más de cien variedades de semillas y productos diferentes para el consumo tanto animal como humano, hoy en día los productores se concentran en dos a tres cultivos. En la agricultura no se aplicaban agroquímicos, eran productos saludables y la obtención de la semilla se mantenía por evolución y domesticación natural. La agricultura natural ha sido casi desplazada por la agricultura agroquímica, los productos agrícolas contienen insumos tóxicos peligrosos para la salud, y la semilla ha salido de su contexto natural para pasar a ser producida en laboratorios, con precios de mercado y restricciones en su utilización.
La dependencia de material foráneo para la siembra causa serios problemas como son: cuando se presenta pérdida de la cosecha para semilla en las áreas productoras, el fenómeno se refleja a mediano plazo en escasez de material para siembra; fenómenos climáticos especiales en las áreas productoras causan desadaptación y degeneración de las semillas, se corre el riesgo de introducción de patógenos, insectos y semilla de malezas al país. Un ejemplo de lo anterior: se evidencia en el documento producción de semillas de hortalizas por Mario Lobo[1], en donde se presume que por esta vía ingresaron al país el cáncer bacterial del tomate (Corynebacterium michiganense) y posiblemente problemas de Xanthomonas campes tris en repollo y Xanthomonas vesicéltoria en tomate.
A nivel mundial la industria de semillas ha cambiado de variedades a híbridos y actualmente a semillas transgénicas; en este contexto, la semilla híbrida y transgénica tiene un mayor valor y pese a que este tipo de semillas pueden tener una mayor capacidad productiva, son desarrolladas bajo condiciones óptimas, lo cual señala que su manejo es exigente, requiriendo alto uso de insumos y prácticas culturales oportunas incluyendo riego. En el caso de semillas transgénicas existen estudios en los que se ha demostrado los posibles riesgos sobre la salud humana y desequilibrios ecológicos.
Ver video: https://youtu.be/lzrkMZ54RHY
Es relevante entonces la producción de semillas porque, más allá de minimizar costos de producción y generar al campesino mayores ingresos por la venta tanto de la semilla como del producto, la siembra de semillas es un acto sagrado que persigue fines mucho más amplios como es poder seguir en el campo y contar con vida digna en él. Es el resultado de un proceso organizativo, ideológico y de vida de miles de generaciones de agricultores. Es la manera de conservar nuestra identidad, ya que una semilla sin todo el conocimiento asociado a ella es un grano vacío. Es un acto político porque permite decidir.
En este contexto para nosotros es muy importante asumir nuestra responsabilidad; se dice que estamos en crisis alimentaria y es verdad, no por falta de alimentos sino porque “hay mucha comida que nadie come” y nuestra canasta familiar se reduce a unos pocos productos de mala calidad, la mayoría producida por la agroindustria. Esto nos ha llevado a una pérdida de más 80 % de la agrobiodiversidad, que las materializamos todos los días “todos los que comemos”.
La agricultura andina como la forma de producir sano, la complementariedad entre los seres y su entorno. La no confrontación, la paz es un hacer cotidiano. El decir y hacer, necesitamos más acción menos discursos, desde la práctica y la cotidianidad. De igual forma nos fundamentamos bajo tres pilares del saber ancestral: no es posible planear sin escuchar a los mayores que son un cumulo de experiencia, aprender a leer el lenguaje de la naturaleza, única manera para no dañarla, y la observación personal que implica crear, reflexionar y hacer. Evidentemente los gobiernos y la industria alimentaria son responsables de muchas de las problemáticas existentes, lo cual es impensable desconocerlo, sin embargo cada uno de nosotros tiene una responsabilidad desde su quehacer cotidiano y es el momento de reconocer, asumir y cambiar, seguramente hábitos de consumo, de producción, lógicas de mercado entre muchos otros.
De igual manera creemos que para tener vida digna o un buen vivir, necesitamos recuperar y conservar diferentes valores de vida que durante la existencia de la red se ha pensado en los siguientes, a los cuales les dedicaremos nuestra vida a alcanzarlos, “hasta que el sol se apague”: Valor espiritual (ética, cosmovisión: es importante creer en algo), valor cultural (identidad), valor experiencial (conocimientos que se construyen todos los días), valor de vida (biodiversidad, alimentación, la tenemos todos al vivir un territorio agro biodiverso), valor financiero (papel moneda, sin él no es posible hacer transacciones, hace parte del vivir bien, sin ser lo único), valor material (construcciones, espacio físico), valor social (comunidad, amistad, afecto), valor intelectual (investigación, la ciencia), valores salud (medicina tradicional), territorio (arraigo), si bien aún los guardianes no contamos con el cúmulo de todos los valores día a día desde nuestras posibilidades y situaciones nos proponemos hacerlo.
Los tres mecanismos usados para dinamizar el flujo de las semillas son: El intercambio, como un proceso solidario de cambiar una variedad de semilla por otra en cantidades similares. El préstamo, como un mecanismo que permite obtener la semilla con el compromiso de devolver el doble de la cantidad entregada en su cosecha. La venta, con precios justos y solidarios.
En el momento contamos con un centro de semillas de coordinación, ubicado en Pasto, Nariño. El trabajo en los centros de semillas es complejo pues implica la recepción de la semilla, su catalogación, su ubicación en condiciones adecuadas para la buena conservación, elaboración de su historia, con su proceso de rescate, su procedencia y su destino, saber sus usos y las nuevas recetas que permiten promocionar su producción.
Este trabajo de la Red se realiza a través de talleres, encuentros y visitas en las que se hacen intercambios de conocimientos y de los resultados que cada guardián hace de sus experimentos e investigaciones con el fin de reconocer y potenciar capacidades para hacer posible una transformación de realidades territoriales necesarias.
Así mismo desde el año 2011 implementamos la escuela de diseño agroecológico que cuenta con módulos de enseñanza en aulas vivas, espacios donde se realizan estas actividades en un contexto real, procuramos que las prácticas de los módulos se construyan con acciones que ya han sido aplicadas y comprobadas, que realmente sean útiles y replicables.
Los cursos son desarrollados por expertos en cada tema, guardianes de semillas, personas de origen campesino, indígena o del sector urbano, cada uno ha pasado por su propio proceso formativo y tiene experiencia desarrollada en su propio sendero de aprendizaje. Los temas se eligen según las necesidades de aprendizaje del grupo y las capacidades de enseñanza de los facilitadores.
Este proceso de venta es muy particular, somos un emprendimiento en donde vendemos con la idea de que el cliente no genere dependencia hacia nosotros, esto se explica en lo siguiente: al ofertar semillas de polinización abierta; semillas que se pueden reproducir y guardar para nuevas cosechas, lo que implica que el productor solo necesita comprar una vez y conservar las semillas para nuevas siembras.
Como parte importante de este emprendimiento nos encontramos en la construcción e implementación de un sistema comunitario de confianza, sistema que permite crear un reglamento interno para brindar una garantía de la calidad de las semillas distribuidas. Se podría decir que es un sistema de certificación propia de las semillas para la venta (garantizando al consumidor el producto que compra) sin necesidad de la intervención de terceras partes. Este componente es de gran importancia pues si bien hemos realizado un gran ejercicio de recuperación de semillas en diversidad, este ejercicio permite la producción de semillas en cantidad y calidad.
Finalmente los invitamos a construir un presente y un futuro sostenible desde la práctica y la cotidianidad, que involucra a toda la familia a asumir su rol natural, social y cultural en medio de esta Colombia compleja, que amamos profundamente y que conocemos todos sus problemas, pero que estamos seguros que solo es posible cambiar cuando desde las bases se cambie de actitud, estamos seguros de que aún hay esperanza y esta germina en cada semilla que sembramos.
Ver video: https://youtu.be/lzrkMZ54RHY
Visita: https://www.colombia-redsemillas.org/
[1] Ingeniero agrónomo, Ph. D. coordinador nacional programa de hortalizas del ICA, centro regional de investigación "La Selva 11, A.A. 100, Rionegro, Antioquia.
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