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Identidad y territorio de las comunidades Negras del Atrato

Consejo Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral Atrato (COCOMACIA), Colombia, Mayo 05 de 2003, Este artículo ha sido consultado 8114 veces

El Consejo Comunitario Mayor de la ACIA, es una organización étnico territorial que está ubicada en la cuenca media del río Atrato y sus afluentes. Nuestro territorio está cubierto predominantemente por bosques pluviales tropicales que poseen una enorme biodiversidad. Comprende los municipios de Quibdó, Atrato, Bojayá y Medio Atrato en el Departamento del Chocó y Murindó, Vigía del Fuerte y Urrao en el Departamento de Antioquia; cubre un área de 800.000 hectáreas de territorio titulado colectivamente, con una cobertura de 120 Consejos Comunitarios Locales, agrupados en un Consejo Comunitario Mayor, con 45.000 habitantes aproximadamente representados en 7.000 familias.

El fundamento de nuestro trabajo es la defensa del territorio y el reconocimiento étnico cultural. La territorialidad de las comunidades negras del Medio Atrato tiene que ver con la historia que hemos vivido, con la cultura de nuestra gente, que se refleja en las tradiciones y costumbres que nos han permitido desarrollarnos como grupo étnico. Todo ello tiene su raíz en el conocimiento tradicional, que para nosotros representa lo que hemos venido aprendiendo de generación en generación y lo que nuestros mayores nos han enseñado.

Por eso decimos que para nosotros el territorio comprende mucho más que el sitio donde construimos la vivienda y donde tenemos los cultivos. El territorio abarca para nosotros el río, las ciénagas, los bosques y en general todos los recursos, pues es allí donde desarrollamos nuestra vida.

Lo que ha definido la propiedad en las comunidades, está basado en la tradición y la herencia, en virtud de las cuales la propiedad del territorio es ancestral.     

El río es, para la comunidad negra, un sitio de convivencia, de labores domésticas, de esparcimiento y es la vía de comunicación que mantiene atados los lazos de parentela extensa y que fortalece los intercambios entre las comunidades.

Al igual que el río, las comunidades consideran al bosque como parte de su territorio. Sin embargo, la introducción de tecnologías como la motosierra ha socavado estos valores de tipo comunitario y se ha tendido a un aprovechamiento individual con fines de lucro. En este contexto la competencia resulta desigual con las grandes compañías madereras, que ponen redes de aserríos y de transporte para devastar el bosque. La historia nos ha demostrado que cada vez que los intereses económicos intervienen en un territorio, las minorías étnicas acabamos desapareciendo, viéndonos obligados a abandonar nuestros territorios tradicionales.

El reto que tiene ACIA es mucho más profundo que defender la tierra, es defender nuestro derecho como etnia a un territorio en donde podamos desarrollar en paz nuestra vida y cultura.

 

Problemática regional

Actualmente las comunidades negras que vivimos en la región afrontamos múltiples problemas relacionados con los cambios ambientales, implementación de tecnologías destructoras de los ecosistemas, políticas de Estado y el recrudecimiento de la violencia en la región.

Entre las causas determinantes de la problemática se destacan:

Falta de políticas de mercadeo, transporte, acopio y transformación de la producción agrícola y pecuaria, y alto énfasis en políticas de explotación minera y forestal como actividades generadoras  de ingreso y empleo.

Falta de valoración, de los sectores institucionales y académicos, políticos y aún de las mismas comunidades, de los saberes tradicionales y sus posibilidades de mejoramiento como opción tecnológica de desarrollo.

Imposición de modelos tecnológicos ambientales y sociales inapropiados, que mediante proyectos de desarrollo rural inadecuados vienen alterando la lógica de adaptación de las comunidades, tales como: especialización e intensificación de actividades extractivas, monocultivos, uso de agroquímicos, cambios de las relaciones tradicionales de intercambio de fuerza de trabajo, etc.

Creciente deterioro ambiental originado por la desestructuración de los sistemas tradicionales de producción que regulaban anteriormente las relaciones de la comunidad con el territorio y repartían el impacto ambiental, aprovechando los di- versos recursos naturales alternativamente.

Fuertes procesos de violencia armada que atentan arbitrariamente contra la vida de las personas, restringen el tránsito de los víveres, de los productos producidos por los campesinos y también de las personas por los ríos, generando caos y terror entre las comunidades, quienes son expulsadas finalmente de sus predios.

Incumplimiento del Estado respecto a la asignación de recursos para la implementación de los planes de etnodesarrollo y funcionamiento de los Consejos Comunitarios (Ley 70 de 1993.)

Dada la situación de marginación y abandono por parte del Estado colombiano y la explotación de los recursos naturales de nuestra región por compañías madereras foráneas, se inició un trabajo de reflexión y concientización para buscar el reconocimiento de nuestros derechos y el bienestar de las comunidades. Como resultado de este trabajo surge nuestra organización, la cual fue reconocida legalmente mediante resolución No 0238 del 18 de mayo de 1987, expedida por el Ministerio de Agricultura.

 

Amenazas a nuestro territorio

Vemos con preocupación cómo los grandes capitales nacionales e internacionales miran el Pacífico como una mina de recursos naturales para ser explotados; por esto corremos el peligro de que se nos nieguen los derechos colectivos de nuestros territorios. Nos inquieta la situación que plantean los países ricos de patentar las plantas y animales, es decir la vida, lo que viene acompañado del saqueo de nuestros recursos y conocimientos; esto genera una mayor dependencia de nuestros países y comunidades hacia un puñado de multinacionales que quieren controlar nuestros recursos y formas de vida. No debemos olvidar que el Pacífico colombiano es una región estratégica para la economía nacional. Para su integración y explotación se ha planteado la construcción de grandes obras de infraestructura, algunas de las cuales afectan directamente a la región del Medio Atrato, como son la construcción del canal Atrato-Truandó y de la Carretera Panamericana en su ruta norte, que afectaría las ciénagas que son parte fundamental de la vida de nuestras comunidades. Las consecuencias que van a traer estas obras, afectarán a las comunidades por los procesos de colonización y destrucción de los recursos naturales, que generarán a su vez desplazamiento de las comunidades de sus territorios por parte de los diferentes actores del conflicto armado colombiano que consideran trascendental el control de estos territorios estratégicos.

La pérdida de nuestros territorios conllevaría a la pérdida de la identidad cultural; es por esto que las comunidades negras vemos en la titulación colectiva una estrategia de defensa de nuestros territorios.

El conocimiento tradicional y el territorio es uno solo y le pertenece a las comunidades; por esto es necesario que el gobierno colombiano no se comprometa a firmar convenios y contratos que vulneren nuestros derechos colectivos y que, en todo caso, la toma de decisiones de aspectos que puedan afectar la integridad de los territorios tradicionales se realice con la participación y consulta de las comunidades a través de sus organizaciones.

 

Los objetivos principales de nuestra organización son:

La defensa, control y administración de los recursos naturales y del territorio.

La lucha por el reconocimiento de los derechos étnicos, territoriales, políticos, sociales, económicos y culturales de las comunidades negras del Medio Atrato.

El fortalecimiento de las relaciones interétnicas entre comunidades negras e indígenas para mantener la armonía del territorio que hemos ocupado y compartido ancestralmente.

El mejoramiento de la calidad de vida de nuestras comunidades en todos los aspectos.

La concientización de las comunidades y el rescate y fortalecimiento de la identidad cultural.

 

Cuáles son nuestros logros

Participación en la construcción de la Constitución de 1991, en alianza con los hermanos indígenas que abrió el camino al artículo transitorio 55 de la Constitución, y a la Ley 70 de 1993.

Hemos promovido algunas experiencias propias de economía solidaria, fortalecimiento de la medicina tradicional y alfabetización de adultos en nuestra área de influencia.

En estos últimos años, nuestra organización ha centrado su esfuerzo y empeño en la titulación colectiva de su territorio, y obtuvo el título global mediante resolución 04566 del 29 de diciembre de 1997, expedida por el INCORA (Instituto Colombiano de Reforma Agraria).

 

La titulación colectiva, una opción por la vida

El haber logrado la titulación colectiva de nuestros territorios ha posibilitado nuestra existencia, reproducción y la conservación de nuestras tradiciones, puesto que en el territorio formamos nuestra identidad como comunidad negra.

La titulación colectiva no es un simple título de propiedad puesto que para nosotros significa:

El reconocimiento al manejo integral del territorio que hacemos las comunidades negras.

El reconocimiento a la ocupación ancestral de estos territorios.

El reconocimiento de las costumbres y tradiciones que han enriquecido la cultura de las comunidades y han aportado al desarrollo del país.

El reconocimiento de la propiedad que tenemos sobre los territorios, la biodiversidad, los recursos naturales y los recursos genéticos.

El reconocimiento de nuestro Conocimiento tradicional que es el legado de nuestros mayores.

El fundamento para el desarrollo que necesitamos las comunidades negras de acuerdo a nuestra cultura.

La base para tener un plan de etnodesarrollo para la región del Medio Atrato.

Con la consecución del titulo colectivo no acaban los problemas. Siguen siendo amenazados nuestros recursos naturales, nuestra gente, nuestra cultura y nuestros sistemas tradicionales de producción que, sin ser los mejores, nos han permitido sobrevivir en uno de los lugares más complejos del planeta, y conservar hasta hoy los recursos naturales y la valiosa diversidad allí presente.

 

Estrategias para el manejo de nuestro territorio

Los sistemas tradicionales de producción constituyen un gran aporte para la seguridad alimentaria regional y nacional. Estos sistemas han sido consolidados mediante las dinámicas culturales de las unidades familiares de producción, las cuales han permitido la sustentabilidad de las comunidades locales y la conservación y uso sostenible de los ecosistemas.

Para nosotros producir y consumir nuestros productos es una tradición ancestral desarrollada como estrategia de adaptación, que nos ha permitido sobrevivir hasta hoy sin deteriorar nuestros recursos y conservando en buena parte nuestra identidad étnica y cultural, pese a que históricamente las circunstancias políticas, económicas y sociales nos han sido adversas.

Como campesinos negros chocoanos que aún valoramos nuestra cultura e identidad, quienes vivimos aún en las riberas de los ríos, hemos enfrentado la oposición de sectores académicos e intelectuales urbanos, que nos acusan de oponernos al desarrollo y al progreso, porque buscamos proteger los recursos naturales y el territorio. Nos han llamado atrasados culturales y tecnológicos, e incluso racistas o discriminadores, al hacer referencia a la Ley 70 que garantiza nuestros derechos, sólo porque les impide vender, sin ningún criterio, las tierras a las que nunca volvieron y cuya suerte no les interesa.

Nuestros sistemas de producción tradicionales desarrollados a través del tiempo en nuestra relación con la naturaleza y con otras etnias, constituyen una estrategia de adaptación basada en el conocimiento y el respeto del territorio y sus recursos, acorde con las diversas ofertas ambientales de la región.

 

Cómo proyectamos nuestro trabajo

La implementación de nuestro plan de etnodesarrollo como una respuesta estructural apropiada a nuestras condiciones, necesidades y aspiraciones como pueblo negro, busca lograr, por fin, el mejoramiento  de nuestra calidad y nivel de vida, fortalecer nuestra cultura e identidad y permitirnos ejercer la autonomía de las comunidades en el control de sus territorios para disminuir la vulnerabilidad de nuestra gente ante los actores ajenos a nuestros intereses.

La socialización y aplicación del Plan de Ordenamiento Territorial y Ambiental de la región del Medio Atrato, que comprende una estrategia de conservación y aprovechamiento de los recursos naturales, se basa en cuatro ejes ordenadores: mejorestar, conservar, delimitar y organizar, y en una zonificación agroecológica de los territorios, de cada uno de los consejos comunitarios locales donde se determina qué áreas se aprovechan, cuáles se dejan como reserva y cuáles tienen restricciones para su uso; esto basado en los sistemas productivos tradicionales y en las normas propias del manejo del territorio y los recursos.

El fortalecimiento administrativo y operativo de los Consejos Comunitarios Locales, para que asuman sus funciones como representantes de la comunidad en todo lo referente a la administración del territorio y para que afronten las consecuencias del conflicto armado, ya que el Estado no ha cumplido cabalmente con el suministro de recursos a los Consejos Comunitarios para su capacitación y consolidación.

Así en medio de este mar de contradicciones y contradictores, las organizaciones se mantienen vigentes como expresiones legítimas de los intereses específicos de las comunidades campesinas y se constituyen en una alternativa de vida en medio del abandono, el caos y las arbitrariedades que hoy se viven en nuestra región.

Publicado en Mayo 05 de 2003| Compartir
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